viernes, 21 de agosto de 2009

La remera de Suárez

Y al final dejó el fútbol, viste. Se dio cuenta tarde, una pena, pero lo bueno de todo esto es que aprendió y ahora que está encerrado y con tratamiento se lo ve mucho mejor, se le nota a simple vista. En el club, no te voy a mentir, ninguno sabía lo de Suárez, porque después los de la prensa salieron a decir que nosotros nos callábamos, que no decíamos nada para no salir perjudicados y no sé cuantas boludeces más, todas mentiras.

Pero evidentemente Suárez necesitaba mostrarle al mundo que tenía un problema, seguro que por eso hizo lo que hizo. En ese momento varios se cagaron de risa, pero yo, como presidente del club, te digo que intuí que algo de fondo había, pero como éramos campeones pensé que en tal vez era una joda, o yo que sé.

Al campeonato el pobre no lo pudo disfrutar y por ese hecho desgraciado no le otorgaron el premio al mejor jugador y ni siquiera le entregaron el botín de bronce por ser el goleador. Según dijeron fue porque su persona ensuciaba el nombre de la empresa promotora y no sé cuantas pavadas más. Yo hablé con la mujer pero ya era tarde, viste, todo tiene un límite y ella, hay que reconocerlo, es de fierro- hermano. Aguantó demasiado.

Yo, no sé como explicarte, lo quiero tanto a Suárez, lo vi hacer tantas cosas para ganarse un perdón, que lo voy a visitar a la cárcel dos veces por semana y le digo que no se preocupe, que la vida le va a dar revancha. Y yo por eso lo felicité, te digo, por demostrarle al mundo que un problema que no se enfrenta no tiene solución.

“Gladys, volvé, te juro que no te fajo más”, decía la remera blanca escrita a mano con fibrón negro, que en la final Suárez mostró después de clavar el tercero.

lunes, 17 de agosto de 2009

Vivir en el conurbano

A veces pasa, y es un bajón. Martes 18.30 hs, estación Luis Guillón, altos parlantes: “Se comunica a los señores usuarios que el tren con destino a Plaza Constitución presenta demoras por accidente fatal en estación Lanús”.

-La puta madre, por qué no se ahorcó, tiró al aire un usuario.

Tenía que estar a las 20 en la escuela de periodismo Eter, llegué media hora tarde. Siempre que hay demoras la gente explota, algunas son por negligencia de la empresa y otras por problemas ajenos: suicidas.

Vivir en el conurbano, algunas veces, es una complicación.

viernes, 7 de agosto de 2009

Admiración



Soy de admirar a la gente que tiene talento. Admiro mucho a Martín Caparrós, por ejemplo, periodista que leo los viernes en la contratapa del diario Crítica, también leí alguno de sus libros y muchas veces, en la mayoría, coincido con sus análisis políticos, muy diferentes a los que salen en los grandes medios: creo que me gusta tanto por su capacidad de ver cosas que otros no ven, por su nivel periodístico y su pulcra redacción. Admiro también a Ricardo Darín, me gusta como actor y me da la impresión de ser un tipo piola. Además, las películas en las que trabajó son de las mejores del cine nacional. Admiro a Osvaldo Webe y es, para mi, el mejor periodista radial, sus crónicas leídas con su inconfundible voz de cordobés llegaron a emocionarme. Admiro a Roberto Fontanarrosa y a Osvaldo Soriano, porque reflejan como pocos a los argentinos, con ironía y humor. También admiro a Les Luthier, el grupo cómico, y le agradezco a mi mamá que fue la que me llevo de chico a verlos, aún cuando no entendía bien de qué se trataba.
Uno, me parece, admira de otros cosas que no puede hacer, por eso es que también admiro a ese flaco, que con el tren lleno de gente a las cinco de la tarde se acerco a esa chica que leía el diario, linda, veintipico, y le habló, le preguntó, le contó y la hizo reír. Y, por qué no, tal vez hasta la conquistó.